¿Tenés un cliente favorito? Ese con el que todo fluye, pero a la vez potencia tu trabajo. Aprendes todo el tiempo y podés aportas ideas. Disfrutás cada una de las propuestas que surgen, aunque impliquen un desafío. Bueno, es un excelente puntapié para comenzar a crear tu cliente ideal.
Estos meses he pasado por algunas experiencias. Y, recalculando algunos procesos y estrategias, me di cuenta de algo. Hubo reuniones con potenciales clientes que no prosperaron y hasta en una oportunidad, me bajé de un proyecto porque no estaba funcionando el ida y vuelta. Y aunque fue una experiencia difícil aprendí a gestionar y comunicar mejor mis servicios y límites.
Pero, lo que descubrí, es que mis clientas actuales tienen varias coincidencias:
– Son dueñas de academias.
– Me buscaron para mejorar y crear contenidos.
– Saben lo que quieren o necesitan y no tienen miedo a pedir ayuda o preguntar.
– Me desafiaron con el trabajo, pero siempre son respetuosas y constructivas.
– Las dos se llaman Flor, hasta en eso coinciden
Crear el buyer persona y nicho
Definitivamente, mis clientas han formado un buyer persona nuevo en mi mundo digital. Quiero más como ellas, más proyectos como los de ellas. Son mis favoritas. Voy encontrando el nicho con el que trabajar, voy ajustando mi Cliente ideal.
¿Qué es lo que hice a partir de ese dato?
Las entrevisté. Les hice preguntas para conocerlas mejor, para entender sus problemas y saber qué necesitaban resolver. Y partir de ahí recalculé mi Buyer persona y adapté mis servicios y comunicación para atraer más cómo ellas.
El hacer te lleva a descubrir o despertar habilidades. El medir y analizar te lleva a entender y aprender. Todo es experiencia.
Me llevo dos grandes conclusiones de esta experiencia:
1- Haciendo es que podés mejorar.
2- Tu cliente ideal es una excelente herramienta para mejorar tus servicios y propuesta. Por eso requiere de revisión cada tanto, es una herramienta vida y que evoluciona.
Y vos, ¿tenés un cliente favorito? Contame en los comentarios 🙂
